"Nosotros debemos ir enseñando cómo y qué es un Plan Urbano Ambiental. Que un Sistema de Planeamiento no es un documento único.
Creo que lo que si debemos resumir es “la ciudad que queremos” y los diputados que acuerden con nosotros deben defender esos enunciados fundamentales. Sería como redefinir los disparates que pergeño la ley 71 en sus párrafos apriorísticos que invalidaron desde el principio la investigación y los relevamientos necesarios para iniciar el proceso de Planeamiento.
El proceso de Planeamiento se inicia con la organización de los relevamientos, con la sistematización, ya desde ese momento constante, de la elaboración y actualización permanente de datos urbanos concretos. De esa sistematización y del seguimiento consecuente sale el conocimiento de las tendencias en el tiempo, por ejemplo pedidos de demoliciones en Caballito, en los últimos 2 años y en los últimos tres meses; metros cuadrados, localizaciones, edad y calidad de la edificación, etc. Esos datos permiten ir tomando conocimiento de la dinámica y plantear las acciones que la favorezcan o la impidan. Control y seguimiento de las modificaciones de los indicadores urbanos.
El libro Azul, que fue la etapa previa a la ley N º 71 es un resumen de “conjeturas inspiradas” .... y con ese criterio se siguió todo, total iban a seguir aplicando el Código de las Componendas.
Lo que deberíamos presentar es el decálogo de los puntos fundamentales que toda gestión urbana debe respetar.
Desde un enunciado de acuerdos mínimos ambientales y normativos que se pueden sacar de la Constitución Nacional y de la CCABA, hasta la traducción a lenguaje común de las distintas normas de EIA, etc. Corto y contundente, inobjetable.
El decálogo debe incluir propuestas de procedimientos concretos de participación vecinal, junto con criterios de redistribución de empleos y vivienda, criterios de redistribución de las plusvalías generadas por las obras públicas y por la implementación del mismo plan, modificaciones a las circulaciones, etc.
Poner el énfasis en lo fundamental. Salirnos del lenguaje de los inversores para dar la contra figura de la gente, del habitante con todos los intereses ciudadanos, de urbanidad en sociedad plenamente respetados.
Estoy de acuerdo que hay que dar la contrafigura.
Un saludo MartaD."
Creo que lo que si debemos resumir es “la ciudad que queremos” y los diputados que acuerden con nosotros deben defender esos enunciados fundamentales. Sería como redefinir los disparates que pergeño la ley 71 en sus párrafos apriorísticos que invalidaron desde el principio la investigación y los relevamientos necesarios para iniciar el proceso de Planeamiento.
El proceso de Planeamiento se inicia con la organización de los relevamientos, con la sistematización, ya desde ese momento constante, de la elaboración y actualización permanente de datos urbanos concretos. De esa sistematización y del seguimiento consecuente sale el conocimiento de las tendencias en el tiempo, por ejemplo pedidos de demoliciones en Caballito, en los últimos 2 años y en los últimos tres meses; metros cuadrados, localizaciones, edad y calidad de la edificación, etc. Esos datos permiten ir tomando conocimiento de la dinámica y plantear las acciones que la favorezcan o la impidan. Control y seguimiento de las modificaciones de los indicadores urbanos.
El libro Azul, que fue la etapa previa a la ley N º 71 es un resumen de “conjeturas inspiradas” .... y con ese criterio se siguió todo, total iban a seguir aplicando el Código de las Componendas.
Lo que deberíamos presentar es el decálogo de los puntos fundamentales que toda gestión urbana debe respetar.
Desde un enunciado de acuerdos mínimos ambientales y normativos que se pueden sacar de la Constitución Nacional y de la CCABA, hasta la traducción a lenguaje común de las distintas normas de EIA, etc. Corto y contundente, inobjetable.
El decálogo debe incluir propuestas de procedimientos concretos de participación vecinal, junto con criterios de redistribución de empleos y vivienda, criterios de redistribución de las plusvalías generadas por las obras públicas y por la implementación del mismo plan, modificaciones a las circulaciones, etc.
Poner el énfasis en lo fundamental. Salirnos del lenguaje de los inversores para dar la contra figura de la gente, del habitante con todos los intereses ciudadanos, de urbanidad en sociedad plenamente respetados.
Estoy de acuerdo que hay que dar la contrafigura.
Un saludo MartaD."
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